María y Juan habían sido propietarios de una casa en las afueras de la ciudad durante más de una década. Sin embargo, con el paso del tiempo, sus hijos se habían mudado y la casa ahora les parecía demasiado grande y difícil de mantener. Después de mucho debate y reflexión, decidieron que era hora de venderla y mudarse a un lugar más pequeño y práctico.
Pero antes de tomar cualquier medida, querían asegurarse de conocer el valor real de su propiedad. Habían escuchado muchas historias sobre personas que vendían sus casas por mucho menos de lo que realmente valían, y no querían cometer ese error. Así que investigaron sobre cómo obtener una tasación profesional.
Después de buscar y leer numerosas reseñas, María encontró una empresa de tasación local altamente recomendada. Se pusieron en contacto con ellos y concertaron una cita para que un tasador visitara su casa.
El día de la cita, María y Juan se levantaron temprano para preparar la casa. Limpiaron cada rincón y arreglaron cualquier pequeño detalle que pudiera afectar la impresión del tasador. Estaban decididos a obtener una valoración justa y precisa de su propiedad.
El tasador llegó puntualmente y durante las siguientes horas, recorrieron juntos cada habitación de la casa, mientras el tasador tomaba notas detalladas y hacía preguntas sobre las características de la propiedad.
Después de la inspección, el tasador explicó el proceso de tasación y les aseguró que recibirían un informe completo en unos pocos días. María y Juan se despidieron del tasador con una sensación de alivio, sabiendo que habían dado un paso importante hacia la venta de su casa.
Una semana después, recibieron el informe de tasación. Con gran expectación, lo abrieron y se sorprendieron al descubrir que el valor estimado de su casa estaba por debajo de lo que esperaban. Se sintieron preocupados al darse cuenta de que podrían haber sobreestimado el valor de su propiedad.
Con el informe en mano, María y Juan se dieron cuenta de que necesitaban reconsiderar su estrategia de venta. En lugar de sentirse seguros, se enfrentaron a la incertidumbre sobre cómo proceder. Decidieron que era crucial buscar la orientación de un agente inmobiliario experimentado para entender mejor el mercado y ajustar su enfoque de venta.
En Hereditas, contamos con una división llamada Valora Abando, donde ofrecemos un servicio integral y compasivo para gestionar herencias y ventas de propiedades, aliviando la carga emocional de las familias en momentos difíciles.
Nos aseguramos de realizar una valoración precisa de los bienes y una gestión eficiente para obtener los mejores resultados en la venta. Nos encargamos de todos los detalles, incluso de dejar la casa lista y atractiva para su venta.
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